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PREGUNTAS FRECUENTES

¿CÓMO SERÁ LA TERAPIA?

 La terapia constará de 3 fases muy señaladas: La primera fase trabajaremos para entender el problema, concretar la demanda y dar los primeros pasos en cuanto a tratamiento se refiere. En este punto es esencial crear un buen objetivo para no perder el rumbo del proceso terapéutico. 

En la segunda fase las visitas se dedicaran a revisar cambios y así evaluar la adecuación de los ejercicios y técnicas utilizados entre sesión, a la vez que iremos ganando en entendimiento de la problemática.  En esta fase, es primordial estar pendientes de los cambios que van surgiendo para así, de forma flexible, ir ajustando la terapia al proceso.

La tercer y última fase, ya con los cambios en curso, se dedicará a mantener las mejorías mediante estrategias de prevención de recaídas. En esta fase también veremos que hacer en el caso de que viviéramos una recaída en el futuro. En esta última fase será donde realizaremos el alta terapéutica.

¿CÓMO SÉ QUE NECESITO IR AL PSICÓLOGO?

Simplificándolo mucho, opino que deberías asistir a un psicólogo cuando tengas una situación o estés en un momento en el que el malestar forma parte de tu vida y no consigues salir por ti mismo. Por supuesto, todos tenemos los recursos necesarios para poder vencer la ansiedad, la tristeza, nuestra falta de comunicación pero muchas veces no encontramos los recursos y eso hace que poco a poco, fruto de nuestra incapacidad para vencerla, haga que el deterioro vaya a más. Claro que, hay muchos otros factores como el nivel de intensidad, cuánto me condiciona en mi día a día, el tiempo que llevo con ello, pero creo que el paso previo a solicitar un servicio con el psicólogo es haber intentando solucionar la problemática y desgraciadamente, no haberlo logrado, por lo que la ayuda objetiva por parte de un especialista en este campo se hace necesaria. 

¿CÚANTO DURAN LAS SESIONES Y CUÁNTAS VOY A NECESITAR?

La duración de las visitas dependerá básicamente a si el trabajo que tocaba realizar en la sesión se ha realizado completamente, se han resuelto las dudas si las hubiera y  la persona ha comprendido las técnicas explicadas para su correcta ejecución. Generalmente, las visitas tienen una duración de entre 40 y 60 minutos (Terapia de pareja, entre 60 y 90). Muchas veces se tiende a pensar que es de una hora (o que tiene que serlo) y en algunos casos, alargar la visita cuando el trabajo ya esta hecho, puede arriesgarnos a abrir otras problemáticas haciendo confundir tanto a paciente como a psicólogo. Por supuesto, cada paciente tendrá toda la hora disponible y si es necesaria toda la hora para aclarar conceptos, no tendremos ningún tipo de prisa. 

Respecto al número de sesiones, es muy variable y dependerá en gran parte del grado de malestar, aunque tb de otros factores ya comentados anteriormente como el tiempo que lleves en esta situación, etc. Por norma general, la media suele rondar las 10-12 sesiones, aunque en muchos casos los cambios suelen ser más inminentes. De igual manera, como profesional, mi objetivo es que utilicemos las sesiones mínimas e imprescindibles para llegar a la resolución de la problemática.

SI TENGO DUDAS SOBRE ALGÚN EJERCICIO ¿PODRÉ ESCRIBIRTE?

Faltaría más. En muchas ocasiones me encontré en la situación de que ciertas técnicas explicadas en consulta no se llevaban a cabo o no se realizaban de la forma correcta fruto de posibles dudas a la hora de ejecutarlas. Soy consciente de que en visita puede quedar todo muy claro pero pasado los días pueden aparecer dichas dudas, por lo que es recomendable que me escribas y así poder resolverte la duda, permitiéndonos no perder tiempo en nuestro proceso. En cambio, si la duda responde más a cuestiones evaluativas, diagnósticas o es información que nos ha quedado pendiente en la última sesión, si que sería altamente recomendable comentarlo en la consulta.

SI ME SURGE UN IMPREVISTO ¿PODRÉ CAMBIAR DE DÍA LA SESIÓN?

Claro que sí, lo único qué salvo excepciones se pide al paciente que anule con una antelación de 24 horas para poder restructurar agenda y adelantar visita a otros pacientes que por falta disponibilidad tenían sesión más adelante. Por supuesto, si se avisa con dicha antelación la sesión no deberá ser abonada. En cuanto a los cambios reiterados de visita tenemos que tener en cuenta que ciertas pautas o estrategias está pensadas para utilizarse en un tiempo determinado con su correcta revisión y ajuste. Por experiencia, en los procesos en los que hay muchos cambios de días y las visitas se aplazan más de la cuenta por falta de disponibilidad, los procesos terapéuticos no acaban de llegan a buen puerto, por lo que es imprescindible constancia en el proceso y que la distancia entre sesiones sea el pertinente.

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